Ezer Equipada: Entendiendo la Vergüenza
Este boletín es el primero de una serie de tres partes. Cada mes vamos a compartir algunos conceptos clave de nuestro nuevo estudio: Verguenza: Encuentra Libertad. Tratar de describir lo que es la vergüenza y cómo funciona es como tratar de sostener la gelatina. ¡No es fácil!
Puede que usted sea dolorosamente consciente de cómo opera la vergüenza en su vida, o puede que no sepa el papel que juega la vergüenza en su vida. En cualquier caso, lo primero que debe saber es que la vergüenza no es neutral. La vergüenza apunta directamente a la imagen de Dios en nosotros. Corta nuestra dignidad, descarrila nuestro propósito y rompe nuestras relaciones. En lugar de ser neutral, la vergüenza opera con una estrategia bien diseñada para desconectarnos de Dios y de los demás.
Empecemos con la definición de vergüenza que utilizamos para el estudio: La vergüenza es una sensación de que soy defectuosa, inaceptable e imposible de amar. La vergüenza crea una narrativa que nos dice cosas como: "Soy demasiado, no soy suficiente, estoy rota, soy una tonta". Todas estas son afirmaciones de identidad que conforman la forma en que nos vemos a nosotras mismas. Con el tiempo, la voz de la vergüenza es tan fuerte que empezamos a creerla y empieza a influir en nuestra forma de vivir.
Existen diferentes tipos de vergüenza, por ejemplo, todos experimentamos vergüenza legítima. Esta es la vergüenza que llevamos por nuestro pecado y las formas en que nos hemos dañado a nosotros mismos y a los demás. Somos, de hecho, culpables. Nos sentimos avergonzadas por lo que hemos hecho. Sin embargo, incluso en nuestra vergüenza legítima, el enemigo trata de crear obstáculos que nos impiden llegar a Jesús. La vergüenza puede tomar nuestra culpa y retorcerla para convencernos de que somos perdedoras, que somos una carga o que nunca cambiaremos. Creer las mentiras que susurra la vergüenza nos impide acercarnos a Dios y recibir lo que nos ofrece. Pero, no estamos sin esperanza. Jesús recibe el castigo que merecemos para que nosotros no permanezcamos culpables. En nuestra vergüenza legítima, Jesús nos invita a confesar, arrepentirnos y recibir su perdón.
También tenemos vergüenza ilegítima. Esta es la vergüenza que experimentamos debido a los daños que nos han hecho, o al quebrantamiento del mundo con el que estamos asociados (pobreza, falta de educación, enfermedad, suicidio, infertilidad, abuso). Aunque la vergüenza ilegítima no es nuestra culpa, el enemigo nos convencerá de que lo es y nos susurrará palabras de condena. Esta voz se hace tan fuerte que empezamos a creer que la vergüenza que llevamos es lo más verdadero de nosotros. En nuestra vergüenza ilegítima, Jesús nos ofrece su consuelo, su compasión, su cuidado y nos invita a lamentarnos y a confiarle nuestro dolor y nuestro quebranto.
La vergüenza rara vez se manifiesta como vergüenza. Puede disfrazarse de ira, perfeccionismo, aislamiento o control. A veces es más fácil identificar cómo respondemos a la vergüenza que identificar realmente la vergüenza que llevamos. Nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestras emociones nos dan pistas sobre cuándo podemos estar experimentando la vergüenza. Incluso la forma en que nos relacionamos con los demás puede indicar que estamos experimentando vergüenza. Una de las maneras de empezar a luchar contra la vergüenza es reconocer cómo opera en nuestras vidas.
Se requiere valor para abordar nuestras historias de vergüenza con curiosidad, compasión y bondad. Podemos animarnos al ver cómo Jesús respondió a los hombres y mujeres de las Escrituras que estaban cubiertos de vergüenza. A través de estas historias, podemos ver su postura hacia nosotros, tanto en nuestra vergüenza legítima como en la ilegítima. Tenemos un Salvador compasivo que no se avergüenza de identificarse con nosotros. Esto es una buena noticia. Él es nuestro camino para salir de la vergüenza.
A lo largo de los próximos tres meses vamos a destacar algunas ideas y recursos de nuestro nuevo estudio. En ningún caso estos boletines serán suficientes para ayudarle a entender el papel que juega la vergüenza en su vida y la libertad que ofrece Cristo. Pero esperamos que esta serie sea un recurso útil para cuando empiece a enfrentarse a su propia historia de vergüenza. La animamos a que venga a la conferencia y sea parte del estudio de Verguenza: Encuentra Libertad.
Con cariño,
Ruthie Delk y Nathalie Richard
Lea:
Este mes vamos a leer la historia de Ana en 1 Samuel. Hemos incluido tres pasajes así como un recuento de la historia escrita por Christy Peterson. Al reflexionar sobre la historia de Ana, responda a las siguientes preguntas:
- ¿Dónde ve la vergüenza (daños hacia mí, daños por mí, y quebrantamiento del mundo) en la historia?
- ¿La vergüenza de Ana es legítima o ilegítima? ¿Cómo responden los demás a ella?
- ¿Cómo le responde Dios en su vergüenza y dolor? ¿Cómo se restablece su honor?
- ¿Qué estímulo le da esta historia?
1 Samuel 1:1-20 En este pasaje, leemos sobre la relación de Ana con Elcana y Penina. También nos da un vistazo a la vergüenza que lleva y cómo responde a ella.
"Penina se mofaba y se reía de Ana porque el Señor no le había permitido tener hijos. Año tras año sucedía lo mismo: Penina se burlaba de Ana mientras iban al tabernáculo. En cada ocasión, Ana terminaba llorando y ni siquiera quería comer."
1 Samuel 1: 21-2:11 Este pasaje registra el viaje de regreso al Tabernáculo y la oración de Ana.
"«Señor, ¿se acuerda de mí?—preguntó Ana—. Soy aquella misma mujer que estuvo aquí hace varios años orando al Señor. Le pedí al Señor que me diera este niño, y él concedió mi petición. Ahora se lo entrego al Señor, y le pertenecerá a él toda su vida». Y allí ellos adoraron al Señor."
1 Samuel 2:12-3:21 En este pasaje vemos a Samuel de joven y cómo Dios comienza a trazar su plan y propósito para él.
"El Señor estaba con Samuel mientras crecía, y todo lo que Samuel decía se cumplía. Entonces todo Israel, desde Dan en el norte hasta Beerseba en el sur, supo que Samuel había sido confirmado como profeta del Señor. El Señor siguió apareciéndose en Silo y le daba mensajes a Samuel allí en el tabernáculo."
La historia de vergüenza de Ana: Se han tomado algunas libertades en esta narración, pero esperamos que cautive su imaginación al leer cómo Dios la sostiene en medio de su lucha contra la vergüenza.
Escuche:
En este breve vídeo (solamente en inglés) Chrystie Cole nos da una rápida visión de la vergüenza legítima e ilegítima y de la libertad que ofrece Jesús.
Conéctese:
Conéctese:
Le animamos a que utilice estas preguntas como medio de auto reflexión y para la conversación dentro de su comunidad.
1.¿Cómo responde Dios con los que están cubiertos de vergüenza legítima o ilegítima? ¿Qué ofrece a los que cargan vergüenza legítima? ¿Qué ofrece a los que cargan vergüenza ilegítima? ¿Qué esperanza y ánimo puede darle esto?
2. De la misma manera que un automóvil utiliza las luces indicadoras para llamar nuestra atención y hacernos saber que algo en nuestro vehículo necesita ser atendido, nuestros cuerpos hacen lo mismo por nosotros cuando estamos experimentando vergüenza. ¿Cuál de ellas experimenta?
- Pistas verbales: ¿Escucha afirmaciones como: No soy suficiente, soy demasiado, soy estúpida, o no soy digna de amor.
- Pistas emocionales: ¿Siente rabia, arrepentimiento, desprecio, bajo autoestima o inseguridad?
- Pistas fisiológicas: ¿Le duele el estómago, se le acelera el corazón, le sudan las palmas de las manos o tiene los ojos llorosos o la boca seca?
- Pistas relacionales: ¿Responde a los demás queriendo probar su valor, se aísla o se pone a la defensiva?
3. Lea el documento La Vergüenza en las Escrituras de nuestro estudio. Esperamos que este recurso le ayude a ser más consciente de cómo se describe la vergüenza en las Escrituras. Al leer los pasajes, entrene su ojo para buscar las palabras que describen la vergüenza. Después de revisar este recurso, ¿hay algo que le llame la atención sobre la prevalencia de la vergüenza en las Escrituras?
Muévase:
Las Escrituras nos advierten que no debemos ser sólo oidores de la Palabra, sino también hacedores de ella. Toda la vida es arrepentimiento. ¿Cuál es el siguiente paso creíble que Dios le llama a dar en respuesta a todo lo que ha aprendido?
- Es tentador querer gastar nuestra energía tratando de identificar la fuente de nuestra vergüenza. El Dr. Curt Thompson en su libro, Soul of Shame, recomienda que en lugar de eso pongamos nuestra energía en aprender a reconocer cuándo estamos experimentando vergüenza. Preste atención a las luces indicadoras que apuntan a una respuesta de vergüenza. Puede hacerlo simplemente haciendo una nota mental, o marcando en una tarjeta de notas. Este ejercicio le ayuda a aprender a reconocer cuándo y dónde está experimentando vergüenza y cómo puede operar en su vida.
- A lo largo del día, empiece a escucharse a usted misma. ¿Cuáles son las palabras que escucha que le susurra la vergüenza? Siga el rastro de estas frases durante un tiempo y observe si puede notar un tema, la frecuencia con la que las escucha o las situaciones que crean estas narrativas internas. El próximo mes hablaremos de cómo combatir estas mentiras y transformarlas con la verdad.
- El 9 y 10 de septiembre tenemos la conferencia para mujeres, Vergüenza: Encuentra Libertad. ¡La invitamos a venir y aprender más! Puede inscribirse aquí. Si no vive en Carolina del Sur y quisiera venir a ser parte de esta conferencia, o si tiene preguntas, no dude en escribirnos ([email protected]).
Recursos Adicionales:
No dejes que la vergüenza te descalifique
Corto artículo por Aviva Nuestros Corazones
“Si bien la convicción piadosa es buena y nos lleva al arrepentimiento, la vergüenza tiende a opacar su bienvenida, aniquilando quiénes somos en Cristo. La vergüenza no perdona ni habla de segundas oportunidades. Por el contrario, el lenguaje de la vergüenza nos lleva a un tipo de conversación que aplasta el alma, como en un confinamiento solitario en el que nos deshacemos de la llave de la puerta de salida.”