Familia
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Reconocer que nuestra familia es un don divino nos anima a abordar nuestro papel en ella con un sentido de gratitud y responsabilidad. Al igual que los mayordomos cuidan de los dones preciosos, estamos llamados a cuidar y apoyar a los miembros de nuestra familia, fomentando un entorno en el que prosperen el amor, la comprensión y el perdón. Además, considerar que nuestra familia pertenece a Dios nos inspira a dar prioridad a los valores espirituales en nuestras interacciones y decisiones. Cuando comprendemos que nuestros seres queridos nos han sido confiados por un propósito superior, nos motiva a predicar con el ejemplo, practicando la compasión, la paciencia y la humildad en nuestra vida cotidiana.
Study Questions
Reconocer que nuestra familia es un don divino nos anima a abordar nuestro papel en ella con un sentido de gratitud y responsabilidad. Al igual que los mayordomos cuidan de los dones preciosos, estamos llamados a cuidar y apoyar a los miembros de nuestra familia, fomentando un entorno en el que prosperen el amor, la comprensión y el perdón. Además, considerar que nuestra familia pertenece a Dios nos inspira a dar prioridad a los valores espirituales en nuestras interacciones y decisiones. Cuando comprendemos que nuestros seres queridos nos han sido confiados por un propósito superior, nos motiva a predicar con el ejemplo, practicando la compasión, la paciencia y la humildad en nuestra vida cotidiana.Aplicación
Cada uno de nosotros es un don precioso confiado por Él. Apreciémonos y apoyémonos unos a otros con amor y gracia, honrando a Dios en todo lo que hacemos.
Esta comprensión determina nuestra forma de relacionarnos y crecer juntos. Nos esforzamos por reflejar Su amor, perdonarnos unos a otros y servir a los demás como testimonio de Su gracia.
Eso nos inspira a vivir con gratitud, unidad y compasión. Sigamos apoyándonos mutuamente y haciendo brillar la luz de Dios en nuestra hogar
Puntos Claves
Confianza divina: Reconocer que nuestras familias nos han sido confiadas por Dios, que tiene un plan divino para el crecimiento y el bienestar de cada miembro.
Mayordomía: Comprender nuestro papel como administradores de los miembros de nuestra familia, responsables de fomentar su desarrollo físico, emocional y espiritual.
Gratitud: Cultivar un espíritu de gratitud por el don de la familia, reconociéndolo como una bendición otorgada por la gracia de Dios.
Fundamento espiritual: Construir una base de fe dentro de la familia, fomentando un entorno en el que los valores espirituales guíen las decisiones y las interacciones.
Servicio y sacrificio: Practicar el amor desinteresado y el servicio dentro de la familia, siguiendo el ejemplo de Cristo de amor sacrificado por los demás.
Oración y guía: Buscar la guía de Dios a través de la oración
Perdón y reconciliación: Fomentar una cultura de perdón y reconciliación dentro de la familia, reflejando la gracia y la misericordia de Dios en nuestras relaciones.
Comunidad y extensión: Extender el amor de Dios más allá de la unidad familiar, participando activamente en actos de bondad y servicio a los demás como una familia.
Perspectiva eterna: Mantener una perspectiva eterna en la vida familiar, con el objetivo de fortalecer nuestros lazos en la tierra mientras nos preparamos mutuamente para nuestro hogar definitivo con Dios.