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Ezer Equipada | La Libertad del Perdón

Ezer Equipada | La Libertad del Perdón

¡Bienvenidas a la edición de Septiembre del 2021 de Ezer Equipada!

Hace unas semanas tuve la oportunidad de compartir un poco de mi historia y me ayudó a recordar todo lo que Dios me ha perdonado. Cuando recuerdo mi pecado, me llena de lamento y tristeza tanta maldad en mi corazón y a cuántas personas herí. Pero también me recuerda cuánto Dios me ha perdonado, cuánta gracia he recibido de Él. Parte de contar mi historia es también ser consciente de mis luchas y pecados presentes, lo que me lleva a pedirle perdón a Dios una y otra vez. ¡He llegado a la conclusión que el perdón y el arrepentimiento es un estilo de vida!

Recordar cuánto Dios me ha perdonado y como me sigue perdonando me ayuda a poder perdonar a otros. Me ayuda a extender perdón cuando alguien me ha herido y me ayuda a pedir perdón cuando he sido yo la que he herido. De algo estoy segura, como seres humanos siempre nos vamos a lastimar, vamos a herirnos los unos a los otros, vamos a pecar los unos contra los otros. ¡Con razón en la Biblia se nos recuerda tantas veces que debemos y podemos (a través del Espíritu Santo) perdonarnos los unos a los otros! Pero el perdón no es fácil (por lo menos para mí), es un proceso que no debemos apurar y es un tema que podemos conocer para aplicarlo correctamente.

Este mes vamos a hablar acerca del perdón. Queremos profundizar en lo que el perdón es y lo que no es, queremos tener una perspectiva correcta y un entendimiento bíblico del perdón. Chrystie Cole nos comparte: "Hace poco leí una cita de un autor llamado Lewis Smedes que decía: "Perdonar es liberar a un prisionero y descubrir que el prisionero era yo". Eso me resonó mucho, pero creo que lo llevaría un paso más allá. Recibir y extender el perdón es liberar a un prisionero y descubrir que el prisionero era yo. Cuando pecamos contra Dios y hacemos daño a otra persona, las paredes de la prisión se construyen con la culpa, la vergüenza, una conciencia cargada y a veces, la desesperación. Cuando hemos sido heridos por alguien, las paredes de la prisión son la amargura, el resentimiento, la hipervigilancia, la autoprotección y a veces el odio. Así que, tanto si somos heridas como si somos las que hemos herido, podemos quedar presas de emociones tóxicas que nos roban la paz, la alegría y la esperanza. Pero no tenemos que permanecer así. Dios ha proporcionado una llave para liberar a los prisioneros y esa llave es el perdón."

La invito a leer, usar y trabajar en este recurso durante el mes de Septiembre. Mi oración es que recordemos cuánto Dios nos ha perdonado y que a través de Su Espíritu Santo podamos tener claridad para saber a quién perdonar, a quien pedirle perdón y que empecemos a experimentar la libertad que trae el perdón en nuestras vidas.

Con cariño,

Nathalie Richard

Lea

Este mes estamos explorando cómo el perdón proporciona libertad y sanación tanto para el herido como para el que hiere. También exploramos una parábola que Jesús utiliza para ilustrar el perdón. La animamos a que sea intencional y pase tiempo este mes meditando en estas Escrituras. Pídale al Espíritu Santo que ilumine las áreas en las que necesita sanación y libertad, ya sea extendiendo el perdón o recibiendo el perdón que Cristo le ha extendido.

Libertad para el que hiere: 2 Pedro 3:9, 1 Juan 1:9, Salmo 103, Jeremías 31:31-34

A lo largo de las Escrituras, el Señor ofrece ejemplos de Su perdón tan generoso y de Su redención para quienes se vuelven hacia Él con fe. Estos relatos son importantes porque nos recuerdan que el Señor anhela extender Su misericordia hacia nosotros, mucho más de lo que estamos dispuestos a recibir. La Escritura dice claramente que si le confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda nuestra injusticia. Se nos asegura que alejará nuestros pecados tan lejos como el oriente está del occidente y que no se acordará más de nuestros pecados.

"No nos castiga por todos nuestros pecados; no nos trata con la severidad que merecemos.

Pues su amor inagotable hacia los que le temen es tan inmenso como la altura de los cielos sobre la tierra. Llevó nuestros pecados tan lejos de nosotros como está el oriente del occidente. El Señor es como un padre con sus hijos, tierno y compasivo con los que le temen."

Salmo 103:10-14

Libertad para el herido: Salmo 94

Las historias de la venganza de Dios contra sus enemigos y los enemigos de Su pueblo pueden servir como recordatorio de que Dios no se ha olvidado de usted, aunque la justicia se retrase. La venganza de Dios no es una promesa vacía; es una certeza. Es la realidad de esto lo que lleva al salmista a clamar al Señor por venganza en medio de la injusticia que está sufriendo. Una comprensión correcta de la justicia y la venganza de Dios nos libera de la prisión de la amargura y el resentimiento y de la carga de buscar la justicia por nuestra cuenta. Porque sabemos que el Señor se encargará de que se haga justicia, somos libres de confiarle nuestra causa.

"Pero el Señor es mi fortaleza; mi Dios es la roca poderosa donde me escondo. Dios hará que los pecados de los malvados se tornen contra ellos; los destruirá por sus pecados. El Señor nuestro Dios los destruirá." Salmo 94:22-23

Imagen del perdón Mateo 18:21-35

En este pasaje, Pedro se acerca a Jesús y le pregunta si perdonar a alguien siete veces es suficiente. Jesús le responde: "Setenta veces siete" y luego pasa a contar la parábola del deudor que no perdona. Las parábolas son a la vez espejos y ventanas. Como espejo nos ayudan a ver nuestro verdadero yo. Como ventanas nos ayudan a asomarnos al Reino de Dios y ver cómo es.

"Te perdoné esa tremenda deuda porque me lo rogaste. ¿No deberías haber tenido compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti?” Mateo 18:32b-33

Escuche

La Belleza del Perdón (Podcast por Aviva Nuestros Corazones).

"La vida es difícil, ¿cierto? Si hay algo que he aprendido es que la vida es difícil porque nos herimos unos a otros. Yo hiero a personas y tú también. La forma en que respondo a la herida, al dolor y a la ofensa es lo que forma lo que soy. También, si tú estás aquí bajo la carga de tu pecado, Jesús te perdonará. Solo tienes que pedirle."

Conéctese

Antes de entrar en las preguntas, queremos sentar unas sencillas bases sobre lo que es y lo que no es el perdón. Tal vez quiera referirse a esto, mientras reflexiona sobre las preguntas.

El perdón NO es:

  • Un sentimiento.
  • Un evento único.
  • Dependiente de una disculpa, confesión o remordimiento del ofensor, ni requiere una conversación con él.
  • Condonar, legitimar, excusar o justificar la ofensa.
  • Olvidar, minimizar o negar el daño causado.
  • Reconciliarse con el infractor: la reconciliación requiere un acuerdo, una confesión y un arrepentimiento que se manifiesten a lo largo del tiempo; el perdón no lo requiere.
  • Renunciar a la exigencia de justicia.
  • Librarlos de las consecuencias de sus elecciones.
  • La paz a cualquier precio.

El perdón es:

  • Tanto un acontecimiento único como un proceso continuo.
  • Recordar, nombrar y lamentar lo que ha sucedido.
  • Recordar lo que Cristo sufrió para pagar por este pecado, lo mucho que usted ha sido perdonada, y el juicio venidero que arreglará todas las cosas.
  • Transferir a Dios el deseo de venganza y el reclamo de justicia para que Él se encargue.
  • Confiar en que la ira de Dios es suficiente.
  • Confiar en la protección y las promesas de Dios.
  • Renunciar al derecho de seguir castigando a la persona.
  • Liberarse del resentimiento, la amargura y el poder que el ofensor tiene sobre usted.
  • El camino hacia la libertad y la paz.

Le animamos a que utilice estos temas de conversación como medio de auto-reflexión y para la discusión con su comunidad.

  1. Al pensar en su propio pecado, ¿qué le impide confiar su pecado, su sufrimiento y su vergüenza a Dios? ¿Qué le impide "ponerse o llevar" su perdón?
  2. El perdón no es un sentimiento o un evento único. Suele ser un proceso que evoluciona con el tiempo. Es tentador apresurarse a perdonar a alguien sin tomarse el tiempo de identificar el daño que se ha hecho y cómo le ha impactado. Si sigue rumiando una herida del pasado, puede ser que haya ofrecido el perdón antes de reconocer plenamente el dolor y el daño causado. ¿Alguna vez se ha apresurado a perdonar a alguien demasiado pronto? ¿Qué sucede cuando considera el perdón como un evento único?
  3. El perdón no minimiza ni excusa lo que alguien ha hecho. No los deja libres de culpa. De hecho, hace todo lo contrario. Es tomar su legítima demanda de justicia y transferirla a Dios - para que Él la resuelva. Esta transferencia la libera de la prisión de la amargura, el odio, la autoprotección y el resentimiento, todos los cuales son tóxicos para su alma y la libera a Dios para que la ejecute de la manera que Él considere adecuada. ¿De qué manera se ha visto perjudicada por aferrarse al resentimiento y tratar de resolver las cosas a su manera? ¿Qué le impide transferir a Dios la injusticia del daño que ha experimentado?
  4. El perdón no es lo mismo que la reconciliación, que sólo es posible si hay acuerdo, confesión y arrepentimiento que nace con el tiempo. ¿De qué manera la confusión del perdón con la reconciliación le ha impedido perdonar a alguien?

Muévase

La Escritura nos advierte que no sólo debemos ser oidores de la Palabra, sino también hacedores de ella. Toda la vida es arrepentimiento. ¿Cuál es el siguiente paso creíble que Dios le llama a dar en respuesta a todo lo que ha aprendido? Escoja uno o dos de los siguientes pasos a tomar.

  1. Si ha herido a alguien, ¿qué pasos debe dar para buscar la reconciliación y pedir perdón?
  2. ¿Hay alguien que la haya herido y a quien deba perdonar? Perdonar a alguien no depende de su disculpa, confesión o remordimiento. Le sorprenderá saber que puede perdonar a alguien sin ni siquiera tener una conversación con él/ella. Perdonar a alguien es algo entre usted y Dios. Es un proceso que implica nombrar el daño, lamentar las pérdidas y transferir nuestro derecho de hacer justicia a Dios.
  3. Si le cuesta creer que es perdonada y le resulta difícil "llevar su perdón", ¿qué puede mantenerla anclada a la verdad de que el Padre la acepta?
  4. Tanto el pecado como el sufrimiento nos impiden experimentar la libertad que Dios tiene para nosotros. Si está luchando como alguien que hirió o como el herido, considere unirse a ReGen, nuestro ministerio de cuidado y recuperación que le ayudará a procesar las heridas relacionales dentro de una comunidad auténtica. Re:Generación se lanzará en nuestra sede de Español el 13 de Septiembre. Para más información o para registrarse puede enviar un mensaje de whatsapp aquí: 864-346-9847.

Oportunidades Para Servir

Piedmont Women Center

Piedmont Women Center necesita voluntarias que hablen español para ayudar a las mujeres que llegan a la clínica. Si está interesada en servir o quiere más información puede contactar a

Elise Snow: [email protected]

También tendremos una reunión con más información para las personas interesadas en servir en este ministerio. La reunión será el Domingo 10 de Octubre después de nuestro servicio de Español.

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