Ezer Equipada | El Fruto de la Paz
Hola, mi nombre es Mariela Rodriguez y estoy feliz de poder compartir con todas ustedes el fruto de la paz.
Recuerdo que estando recién casada acompañaba a mi esposo a la iglesia católica. Una de las cosas que acostumbraban a realizar era el abrazo de la paz, un momento donde se anunciaba una parte del Evangelio que dice “mi paz os dejo mi paz os doy” y enviaban a las personas a darse un abrazo de paz. Había mucha gente, personas que no se conocían, pues solo entraban y salían sin hacer comunidad, la gente feliz con su cara sonriente salía de su espacio para darse la mano o abrazarse y se repetía la frase “la paz sea contigo”. Era un tiempo como de regocijo, luego cada quien volvía a sus puestos y más nunca seguramente volvían a ver a esa persona.
¿Cuál sería el sentido o la necesidad de realizar esta práctica? ¿Qué sucedía con todas estas personas al salir de allí? Soy testigo que mi vida continuaba en ansiedad, en conflicto y en total vacío, es decir, no había encontrado ningún tipo de paz.
La gente en el mundo busca y necesita ansiosamente encontrar paz, pero esta paz no se obtiene sólo a través de un abrazo, los seres humanos son incapaces de crear tales condiciones. El mundo cada día demuestra lo contrario y las noticias lo demuestran a cada instante. El fruto del espíritu no es un resultado de un esfuerzo que pueda hacer uno, no tiene nada que ver con un esmero que pueda hacer la persona. El fruto de la paz es el resultado natural de la presencia del Espíritu Santo dentro del creyente. Él produce su fruto en nosotras en la medida en que permanecemos, crecemos, obedezcamos y dejemos que Dios obre en nuestras vidas. Filipenses 2:13 dice: “Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada”.
Es triste no saber o no tener dónde recurrir para llenarte de esa paz. La persona que no conoce de Cristo no puede experimentar ese hermoso fruto dado por su Espíritu Santo. Sabemos que en el mundo todos tendremos pruebas, pero tenemos promesas dadas en La Palabra donde podemos ir confiados al Dios de paz. Él tiene el control y cumplirá sus planes lo cual nos llena de tranquilidad.
Mi oración es, “que el mismo Señor de paz les dé su paz en todo momento y en cada situación” (2 Tesalonicenses 3:16).
Con mucho amor,
Mariela Rodriguez
Leer:
Toma un tiempo para leer, meditar y pensar en las siguientes escrituras:
Les dejo un regalo: paz en la mente y en el corazón. Y la paz que yo doy es un regalo que el mundo no puede dar. Así que no se angustien ni tengan miedo.
Así experimentará la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.
Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he vencido al mundo.
Reflexionar:
Te animamos a usar estas preguntas para reflexionar, escribir una oración a Dios y conversar con una amiga, tu familia o alguien cercano.
- ¿En qué momento de tu vida has experimentado la verdadera paz de Dios?
- ¿Con qué pruebas luchas donde necesitas de la paz de Dios?
- ¿Las personas cercanas a ti pueden ver el fruto de la paz en tu vida? ¿Qué pasos puedes dar para dejar que la paz de Dios fluya en tu corazón y de esta manera ser testigo de su paz a las personas a tu alrededor?