Ezer Equipada: El Fruto de la Fidelidad
“Reconoce, por lo tanto, que el Señor tu Dios es verdaderamente Dios. Él es Dios fiel, quien cumple su pacto por mil generaciones y derrama su amor inagotable sobre quienes lo aman y obedecen sus mandatos.” Deuteronomio 7:9
A veces tiendo a dejarme envolver por la ansiedad y hace algunos días mientras comencé a meditar y escribir sobre la fidelidad viví uno de estos episodios emocionales. Estuve luchando con el desánimo, el temor, la inseguridad y el cansancio. Sentimientos que me llevaron a quejarme, murmurar, lamentarme de mis circunstancias y lo más triste es que comencé a culpar a otros. Creo que fue la crisis más fuerte que he tenido. Llegué tan al fondo de este pozo oscuro y sin atajos que sentí que estaba perdiendo el deseo de buscar la ayuda de Dios. Entonces entendí que debía dejar el orgullo de lado y busqué la ayuda de algunas hermanas de la iglesia que estuvieron orando por mí. Ellas me enviaron mensajes de ánimo, textos bíblicos, audios, llamadas, en fin, vi la fidelidad de Dios a través de todas. Durante este tiempo aprendí que aunque seamos cristianas que amamos a Dios, estamos expuestas a todo tipo de debilidades en las cuales es difícil recordar su fidelidad y aun serle fiel a Dios. Entendí que debo ser vulnerable y humilde para buscar ayuda del cuerpo de Cristo.
Cuando pasamos momentos difíciles, a veces nos enfocamos tanto en las circunstancias que quitamos nuestra mirada de Dios y comenzamos a pensar que Él se olvidó de nosotras o que está muy ocupado para hacerse cargo de nuestra situación. La buena noticia es que Dios es fiel, Él es confiable, firme e incondicional. La fidelidad es uno de sus atributos comunicables, es decir, Dios comparte este atributo con nosotros y por esto, podemos crecer en ser fieles. La fidelidad es un fruto del Espíritu Santo y crece en nosotras a medida que cultivamos nuestra relación con El Señor. No se va a ver perfecto de este lado del cielo, pero será un proceso hasta la eternidad.
Estuve leyendo la hermosa historia de José en Génesis y pude ver la fidelidad de Dios en su vida, pero también pude observar como José fue fiel a Dios a pesar de las circunstancias. Él se aferró a la fidelidad de Dios para soportar las pruebas. Sufrió la envidia de sus hermanos, fue vendido como esclavo, acusado injustamente, fue llevado a la cárcel y en medio de todas estas circunstancias se mantuvo confiado y fortalecido en la fidelidad de Dios. ¡Qué gran ejemplo para nosotras!
Su amiga en Cristo,
Claudia Jimenez
Leer:
Toma un tiempo para leer, meditar y pensar en las siguientes Escrituras:
“Si somos infieles, Él permanece fiel, pues Él no puede negar quién es.”
“Tu fidelidad se extiende a cada generación, y perdura igual que la tierra que creaste.”
“Dios hará que esto suceda, porque aquel que los llama es fiel”.
Reflexionar:
Te animamos a usar estas preguntas para reflexionar, escribir una oración a Dios y conversar con una amiga, tu familia o alguien cercano.
- ¿De qué forma has visto la fidelidad de Dios en esta temporada de tu vida?
- La forma en que respondes a las circunstancias que enfrentas en tu vida ¿reflejan que confías en la fidelidad de Dios? Escribe dos ejemplos que recuerdes.
- ¿En cuáles áreas puedes crecer para que el fruto de la fidelidad se refleje en tu vida?