El Árbol de Incredulidad
El fruto del Espíritu se produce por la obra santificadora del Espíritu Santo en nuestras vidas. Amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio son pruebas de que Dios nos está haciendo más parecidos a Él. Como creyentes, queremos que nuestras vidas estén marcadas por este fruto. Y este fruto se produce en nosotros como resultado de la fe que está trabajando en nosotros.